26 mayo 2009

La imaginación es una perra

Son las dos de la mañana, tengo ganas de hablarte y decirte que siempre he estado equivocado. Nunca le deseé la mujer a mi prójimo. No he pecado; pero te deseo. Todavía quiero tenerte y condenarme al infierno. Violar los secretos que no me has mostrado. Amarrar con gemidos los recuerdos que estoy olvidando, porque realmente los estoy olvidando. Escuchar en tu pecho lo que siempre he deseado, lo que siempre he querido. Sigo solo, con frío y si algún día leés esto no vas a saber que es por vos. Sí, la única persona que me abraza sin saberlo, que me dice “te amo” sin sentirlo, que me lleva al orgasmo sin tocarme. La imaginación es una perra, pero una gran amante.